José Cereijo reconoció que antes de publicar escribió mucho y una buena parte de ello está aún arrinconado en su casa. Y es que, dijo, que no le parecen poemas buenos y «he ido creciendo y aprendiendo, pero creo que hay una unidad en lo que hago, no por mis capacidades, sino por mis limitaciones».

Cereijo presentó en Foro Abierto su libro «Árbol desnudo», en el que se recogen varios de sus trabajos. «Una recopilación, que es cuando un autor ya es maduro en su escritura», dijo José Luis García Martín, presentador del acto.

Martín señaló que «en Cereijo hay dos peculiaridades: que nunca ha sido un poeta joven, ya que su primer libro lo publicó cuando se acercaba a los cuarenta años».

Según García Martín «Cereijo ha ido creciendo sin traicionarse; no es un autor de obra profusos sino que va dedicando tiempo».

También, a juicio del presentador, «Cereijo es un poeta con vocación de clásico. No quiere sorprender. Sus poetas son Virgilio, como un clásico, o Borges y Miguel D’Ors».

Otra de sus cualidades es que «es un poeta de una memoria muy precisa».

La muerte, la caducidad, el amor o el paso del tiempo son temas recurrentes en su poesía, tal y como reconoció el propio autor. «La naturalidad es esencial en la voz de la poesía».

Y voz no le faltó al protagonista de la jornada, que leyó varios de sus poemas y relatos, con un tono de voz que encandiló al público, tal y como se lo hicieron saber.

Una auténtica y maravillosa voz poética.