Le esperábamos con los brazos abiertos. Hernán Valladares regresó a Foro Abierto (Librería Cervantes y Fundación Caja Rural de Asturias), tras un largo paréntesis. Aquí presentó la novela «El hombre diminuto», allá por el año 2011.
Ocho años después regresa con una nueva vida y un nuevo libro, el poemario «Desde el abismo. Versos inválidos».
Muchos amigos de entonces le esperaban y escucharon su relato, en el que no faltaron emoción, amargura y mucho humor.
Libro de poemas, prologado por Luis Alberto de Cuenca, que lo define como «un clamor que surge de la angustia de un hombre, de su indefensión ante la crueldad del destino.(…) Un desamparo que se plasma en versos bellos que conmueven».
Poemas de perfección formal, plenos de ritmo, de musicalidad, de belleza, de intensidad emocional que nacen tras sufrir hace pocos años un accidente de moto que le provocó una lesión medular, con resultado de tetraplejia.
De esta experiencia nació también su libro narrativo-ensayístico «El arte de estar vivo». Y Valladares confesó que seguirá escribiendo, pero ya no más acerca de su nueva situación. Quiere, de alguna manera, pasar página.
«Cuando escribes en condiciones normales, se impone a la escritura un ejercicio de estilo, de calidad; en este caso, el libro nace del dolor y de unas circunstancias muy determinadas. El libro marca un punto de inflexión en mi vida».
Acompañaron al autor en la presentación, los escritores Xuan Bello y Virginia Gil Torrijos. Bello recordó sus conversaciones con Valladares en la aldea y puntualizó que «un poeta no tiene biografía».
También afirmó que en este libro «existe la habilidad retórica como para mostrar el dolor de una manera descarnada pero, a la vez, para construir un puente sobre el que el lector ve el abismo».
Y es que, tal y como señaló Bello, aquí hay «intensidad, desengaños y cierta mirada apesadumbrada y terrible».