
De la mano de Virginia Woolf disfrutamos de nuestro té mensual. Ella misma nos contó su apasionada y complicada vida.
Pero, sobre todo, disfrutamos de la lectura de su primer libro, escrito tan sólo con nueve años, y en el que se vislumbra el talento que, con el tiempo, el mundo reconocería.
Lecturas compartidas.
En buena armonía.
Uno a uno.
Té bien calentito. Sabrosos dulces y un buen libro. ¿Se les ocurre un mejor plan?