Llegó, saludó en un más que aceptable castellano, halagó nuestra librería y nuestra labor cultural, sonrió, habló de literatura, de políticas, de cuestiones sociales y de libros. Y de autores. Firmó ejemplares y nos supo a poco…

Phiippe Claudel visitó nuestro Foro Abierto, en principio, para firmar ejemplares al público asistente, mucho, y muy fiel y muy entusiasta de este escritor francés que también es director de cine.

Pero nos regaló una grata sorpresa: vino dispuesto, y así lo hizo, a hablar y a atender a cuantas cuestiones le fueran formuladas. Y las hubo.

«Intento descubrir el mundo como es y por ello he escrito novelas históricas», dijo. Y se refirió a «Almas grises», la novela que «habla de un pueblo cercano a la guerra y de lo que ocurre al otro lado de la colina».

Un libro, afirmó, que «nació de lo que sentía cuando empezaba la guerra en Yugoslavia porque en Francia estábamos, como la historia que cuento, muy cerca del conflicto yugoslavo que duró cinco años».

De «El informe Brodeck» señaló que «es una novela sobre la exclusión. Quería poner de manifiesto cómo le damos la bienvenida al extranjero pero cuando hay problemas es el extranjero el culpable y eso estaba ocurriendo en Francia en ese momento».

En este tema incidió: «estas novelas son metáforas; pretendo reflexionar sobre lo que es ser un extranjero, un refugiado que llega a un país extranjero del que no sabe nada».

Y de su último libro, recién publicado, «El árbol de los toraya», un homenaje a la amistad y una oda a la fragilidad de la vida, dijo que «hablo de las relaciones que tengo con mi propio cuerpo: feliz e infeliz, dolorosa y amorosa, y también de la relación hacia los demás».

De sus referentes cinematográficos, entre los que se encuentra Buñuel y el cineasta francés Claude Sautet; y de los literarios: Juan Carlos Onetti, Carlos Fuentes, García Márquez, «aunque nunca pude terminar «Cien años de Soledad», Bioy Casares o Alejo Carpentier», charlamos antes de que comenzara la firma de libros y el momento de despedirle….

¡Gracias, Monsieur Claudel!

¡Merci beaucoup!