¿Quién no se ha encontrado alguna vez con el eterno debate de qué es y qué no es leer y con alguien que descontaba del listado todas aquellas formas de presentar historias que no encajasen con las ideas tradicionales del texto? ¿Los audiolibros?, fuera. ¿Los cómics?, por supuesto también defienden algunos. Más allá de que simplemente estos formatos presentan la historia de un modo diferente y dan acceso a la literatura con parámetros distintos (parámetros que para algunos lectores son incluso mejores o les permiten acceder mejor a las historias), cada formato tiene sus propios beneficios. Leer es bueno para tu cerebro. También lo es cuando lo que lees no son novelas o ensayos, sino libros ilustrados.

Como recuerdan en Quartz, de entrada, habría que recordar que no todo el proceso de saber leer implica saber hacer una lectura textual. Existen muchos más niveles de lectura y la lectura de un contenido visual también es parte de ese proceso. Pero no solo eso: la lectura de cómics tiene ciertos beneficios propios y específicos, que resultan igualmente destacables, como demuestran en el medio estadounidense señalando las conclusiones de varios estudios.

Los beneficios para el cerebro de la lectura de cómics son así múltiples y tienen efectos distintos según de qué tipo de lector se esté hablando (y qué edad tenga). Para los primeros lectores, los cómics ayudan a activar los circuitos de base que el cerebro necesita poner en marcha para ser capaz de realizar lecturas.

El proceso de lectura y de procesado de la información empezó, para los humanos, con imágenes. Se usaban dibujos sencillos que evolucionaron luego a textos y símbolos igualmente simples. Desde entonces, el cerebro gestiona la información de un modo muy visual (por eso somos capaces de procesar mejor las cosas cuando las recibimos usando un lenguaje visual). Para los niños, los cómics son un elemento de ayuda y apoyo para incentivar la lectura no solo porque sean un texto que les guste sino porque, como señalan los expertos, están ayudando a los niños a asentar las bases de su yo lector. Les están ayudando a aprender a leer y a descifrar la información de un modo que les resulta más natural y sencillo y desde el que podrán dar el salto a textos complejos.

El cómic ayuda igualmente a reducir los problemas de comprensión lectora para los niños que están arrancando el proceso de aprendizaje de la lectura y a quienes muchas veces les cuesta comprender las palabras como elementos abstractos que dan información.

Lo visual no deja de funcionar cuando dejamos de ser niños. Como recuerdan en Quartz, procesamos 60.000 veces más rápido una información visual que una textual. Nuestro cerebro está, de hecho, como apuntan algunos expertos, estructurado más en un formato similar al de los comics que al del lenguaje tradicional (y el texto literario de siempre).

FUENTE: LIBROPATAS