
Aún sin palabras por la pérdida del editor Claudio López Lamadrid, nos llega la noticia del fallecimiento del escritor y periodista Juan Cueto, hace apenas una hora.
Hay personas que creemos que son inmortales o, al menos, no nos planteamos que algún día puedan dejar de existir. Es el caso de Cueto y Lamadrid, con quienes compartimos intensos momentos, charla siempre interesante y y mucha literatura y sabiduría.
Con Juan Cueto, además, «degustamos» en Foro Abierto su maravilloso libro «Yo nací con la infamia», un ejercicio de puro periodismo, un libro con una selección de sus mejores artículos.
El «culpable» de su edición fue su gran amigo Juan Cruz, al que desde aquí enviamos todo nuestro cariño. El periodista canario calificó este trabajo como «un volumen intelectualmente muy nutritivo y un libro de mañana; nada en estos textos te deja indiferente».
Escritor, periodista, comunicólogo, intelectual y visionario, Cueto nació en Oviedo y era Hijo Predilecto de Gijón, ciudad en la que fijó su residencia y que le nombró en 2014 Gijonés Ejemplar.
Queda su obra y su recuerdo. Y el cariño de cuantos tuvimos la suerte de conocerlo. Aquí dejamos la noticia:
https://elpais.com/cultura/2019/01/14/actualidad/1547455442_966659.html
Por otra parte, queremos recordar, de nuevo, al editor Claudio López Lamadrid, que nos dejó de forma inesperada hace dos días.
Al margen de sus muchos logros profesionales (y los que estamos seguros que aún le quedaban por conseguir), Claudio fue un gran amigo de la casa, por lo que su repentino fallecimiento nos ha dejado sin palabras.
Sería muy largo recordar su trayectoria vinculada al mundo de los libros, pero desde aquí no podemos dejar de mostrar nuestra enorme tristeza por el vacío que nos deja este amigo.
Con él charlamos hace muy poco y su visita siempre era un motivo de celebración y entusiasmo.
También tuvimos la suerte de compartir y hablar de sus logros con su pareja, Ángeles González Sinde, a la que desde este rincón literario le enviamos todo nuestro cariño y apoyo.
Queda su trabajo y su amor a los libros aunque queda un vacío… para siempre.
Adiós, amigo. Y gracias por tus enseñanzas y tu cariño.