María Teresa Álvarez reivindicó la figura de Urraca

La escritora y periodista asturiana María Teresa Álvarez volvió a Cervantes para hablarnos de una mujer un tanto olvidada por la Historia pero que tuvo un papel relevante en la misma y que amó a Asturias desde su nacimiento y hasta el último momento de su vida.

Urraca, la primera y única monarca que tuvo nuestra región, fue, a juicio de la candasina, «una persona sensata, fuerte y que supo asumir muy bien las complicaciones que la vida le deparó».

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María Teresa Álvarez reconoció que escribir este libro le costó mucho esfuerzo ya que la documentación acerca de su personaje es prácticamente nula. «He encontrado algunos documentos y he intuido y novelado ciertos episodios de su vida. Quería ser rigurosa, por lo que he novelado lo imprescindible».

Se sabe que Urraca, la asturiana, nació en Pelúgano (Aller) y que murió en Palencia. Fue hija ilegítima del rey Alfonso VII de León, y fue reina consorte de Pamplona por su matrimonio con el rey García Ramírez, que falleció tras seis años de matrimonio.

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La reina viuda regresó a Asturias, su tierra natal, «a la que siempre amó y fue una gran benefactora». Su padre le concedió el título de reina de Asturias y ella fue muy generosa con la iglesia asturiana, a la que hizo numerosas donaciones, entre ellas al monasterio de San Pelayo.

«Su padre la quiso muchísimo y Oviedo tuvo su mayor esplendor con ella. Aunque quiso que se le enterrara en Asturias, finalmente sus restos reposan en Palencia. «Se supone que fue decisión de su segundo marido, a pesar de que ella en el testamento lo había dejado claro».

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Este último argumento suscitó las reivindicaciones del abarrotado público que arropó en Foro Abierto a María Teresa Álvarez, una asturiana muy querida en la tierra, como volvió a demostrarse a través del carió que la gente le prodigó.

Fueron varios lo que animaron a la candasina a reivindicar el traslado de los restos de Urraca a su querida tierra.