«Louise Glück escribe poemas para transmitir el testigo de la intimidad: sutiles momentos psicológicos capturados en una dicción austera«. Así empieza On Louise Gück. change what you see, un estudio sobre la obra de la poeta estadounidense, elegida esta mañana como la ganadora del Premio Nobel de Literatura de 2020. Glück es la cuarta mujer que entra en el palmarés en la última década y la segunda poeta, después del sueco Thomas Transtrommer (2011).

Para los lectores que descubran con este premio la obra de Glück, el reto es dar sentido al misterio. El testigo de la intimidad y la dicción austera son pistas que anuncian una poesía bien publicada en español a través de la editorial Pre Textos.

Una tenue luz despunta sobre la bien trazada pradera,

detrás de la cama. Él la coge en brazos. Quiere

decirle: Te quiero, nada puede dañarte

pero cree

que es mentira, y al final le dice

estás muerta, nada puede dañarte,

lo cual se le antoja

un inicio más prometedor, más verdadero.

Son versos tomados de Averno (edición original de 2006: traducción de Abraham Gragera y Ruth Miguel Franco) que permiten intuir algunas ideas muy sintéticas sobre la literatura de Glück: su poesía tiende a reproducir formas de narración más o menos crípticas y esenciadas. La intimidad es el testigo que hay que traspasar.

El maestro me dijo: Debes escribir lo que ves.

Pero lo que yo veía no me emocionaba.

El maestro contestó: cambia lo que ves

Los versos de Glück proceden esta vez de Vita nova, su octavo libro publicado. Un de las ideas que se expresan en On Louise Gück. change what you see dice que Glück es una poeta eternamente insatisfecha, crítica consigo misma hasta lo obsesivo y en permanente metamorfosis. Muy en resumen, esa metamorfosis, vista en conjunto, ha consistido en adquirir nostalgia hacia las ideas y los hechos narrados, sin perder por ello conexión. La palabra inglesa dettachment, traducible sólo en parte como desapego, es la que empleó la crítica Rossanna Warren para explicar la posición vital de Glück.

Por debajo de las ideas, esta la realidad que Glück intenta mirar desde la distancia. Una realidad tan vulgar como la de cualquiera: divorcios, amores esquivos, desastres familiares… o la anorexia nerviosa, que fue la experiencia más importante de sus años de formación, según ha contado ella misma. Una vida vulgar y áspera, que encuentra en la literatura una manera de dignificarse.

Nacida en Nueva York en 1943, Glück ganó el premio Pulitzer de poesía en 1993 por el poemario The Wild Iris (El Iris Salvaje).

Sucede en el galardón al escritor austriaco Peter Handke y a la novelista polaca Olga Tokarczuk, que fueron reconocidos con el máximo premio literario del mundo en 2019, cuando se concedió también el premio correspondiente a 2018. Ese año la Academia fue incapaz de reunir un jurado para el Nobel de Literatura tras un escándalo sexual.

La escritora Maryse Condé partía como la primera favorita de las casas de apuestas en la víspera de la entrega del Nobel de Literatura. Condé aparecía junto a la autora rusa Liudmila Ulítskaya entre las laureadas más probables.

Junto a ellas, la lista de favoritos incluía a escritores chinos, japoneses, estadounidenses, noruegos… y un español, Javier Marías, colocado en un notable séptimo puesto. Haruki Murakami y Margaret Atwood compartían lista de candidatos probables con Anne Carson, Annie Ernaux, Cormac McCarthy, Don De Lillo, Marilynne Robinson o Edna O’Brien.

Con el de hoy se han entregado 113 premios Nobel de Literatura, 11 de ellos para escritores en lengua española. De este más de centenar de galardonados, únicamente 16 han sido mujeres. La edad media de los ganadores se sitúa en 65 años, siendo Ruyard Kipling el más joven (41 años) y Doris Lessing la más mayor (88 años).

FUENTE: EL MUNDO