La importancia de la lectura en las carreras universitarias

La lectura es enriquecedora en todos sus géneros. Hablamos de novelas, teatro, ensayos o incluso lecturas académicas. Se trata de un hábito que estimula la percepción, la empatía y la concentración, y que en determinados momentos pues incluso aportar beneficios a la consecución de objetivos. Por ejemplo, en las carreras universitarias, los alumnos pueden ayudarse de lecturas regulares sobre las materias que estudian a diario en clase para afianzar su aprendizaje.
La educación y, sobre todo el estudio en la Universidad, ya no se conciben desde el punto de vista conductista, cuya base empezaba y acababa en la transmisión del conocimiento del profesor al alumno. Actualmente hay fuentes complementarias de información en las que el estudiante puede apoyarse para crecer y aumentar sus conocimientos mientras mejora su rendimiento en la carrera. Por ello, existen lecturas recomendadas para cada rama.
 
Pero, ¿qué beneficios puede aportar concretamente la lectura para los estudiantes de carreras universitarias? ¿Es importante para ellos adquirir un hábito de lectura complementario con las horas de estudio marcadas? La respuesta viene dada en las siguientes líneas, con diferentes motivos por los que leer puede ayudar a los alumnos en el reto de afrontar una carrera en la Universidad.

1. Leer estimula la curiosidad y el conocimiento

La lectura de un buen libro supone descubrir algo nuevo con cada línea o párrafo, sentir que la información que lee es un camino que avanza en línea recta hacia el aprendizaje y el conocimiento. Es un hábito útil para que los estudiantes, mediante libros sobre sus propias asignaturas, afiancen conceptos y teorías que les servirán para su progreso.
Además, las consecuencias positivas de este tipo de lecturas supondrán un refuerzo positivos para los alumnos. De tal forma, este hábito se afianzará despertando todavía más su curiosidad, fuente inagotable de conocimiento en una etapa de crecimiento personal e intelectual como es la de estudiante universitario.

2. Una fuente de inspiración para los alumnos

Si la lectura alimenta el conocimiento y estimula la curiosidad, del mismo modo puede suponer una fuente de inspiración para los estudiantes con la que desarrollar nuevas ideas partiendo de todo lo leído.
Por ejemplo, un estudiante de diseño que se encuentre leyendo un libro sobre fuetes tipográficas puede, durante la lectura, tener sus propias ideas para crear fuentes basándose en la información y el aprendizaje que ha adquirido durante la lectura. Es bien sabido que el conocimiento es la mejor forma de despertar el criterio propio y la creatividad en todos los sentidos, y la lectura es un vehículo ideal para ello.

3. Desconectar de las horas de duro estudio

Cuando el alumno se sienta cansado de estudiar durante horas pero necesite seguir asimilando conceptos, puede optar por leer. Es una actividad que, por su sencillez, no requiere del esfuerzo y concentración del estudio puro y duro de cara a un examen. Con la lectura, la asimilación de conceptos se produce de una forma mucho más pausada y liviana.
Así, el alumno obtendrá un momento de relax mientras, al mismo tiempo, no deja de aprender leyendo, evitando el estrés y protegiendo la salud mental del estudiante. Mantener el cerebro descansado es vital en las carreras universitarias.

4. Leer mejora la comunicación

Leer un libro sobre una materia concreta, donde el autor reflexiona sobre sus propios conceptos y teorías, provoca que el estudiante las conozca y, a través de su criterio, las asimile o bien desarrolle ideas con las que complementar o incluso rebatir al autor firmante. Esto puede ser un buen punto de partida para una conversación enriquecedora con sus compañeros sobre todo lo leído y las conclusiones extraídas.
De la misma forma, una lectura que cause una buena impresión siempre hará que el estudiante lector recomiende el libro en cuestión al resto de alumnos. Al mismo tiempo, él o ella también recibirán recomendaciones por parte de los demás, detalles que denotan una comunicación fluida y bien cimentada con la lectura como base y principal motivo.

5. Sensación de actividad y satisfacción

La lectura como hábito produce una sensación de satisfacción por mantenerse vivos y activos. Cuando un estudiante lee sobre un tema que le atrae o le interesa, como medicina o filología en caso de estudiar en estas ramas, siempre lo hará más motivado que con otros manuscritos. Esta motivación se traducirá en un aprendizaje más fluido y, posteriormente, en satisfacción por haber asimilado conocimientos con facilidad.
Esto vendrá acompañado también de un sentimiento de actividad, de ser consciente de haber aprovechado el tiempo leyendo en cualquier momento, incluso tumbados en el sofá, sobre una materia interesante y con efectos positivos para su camino como estudiante universitario. Estar ocupados en tareas constructivas como la lectura siempre resultará beneficioso a todos los niveles.
En conclusión, la lectura durante las carreras universitarias es siempre un hábito altamente recomendable por todos los beneficios que aporta al estudiante: desde reforzar conocimientos y ayudar a la creación de un criterio propio, a los efectos positivos sobre la salud mental del alumno por desconectar en cierta medida del tedio que suponen las horas de estudio rutinarias.
Los propios centros universitarios incluyen en los planes de estudio de sus diferentes carreras lecturas recomendadas que se convierten en referencias. Además, estas lecturas cobran más importancia cuando su contenido puede ser materia de examen o con influencia en la nota final. En cualquier caso, entre o no para los exámenes finales, leer es siempre una actividad beneficiosa.