Shinsuke Yoshitake es un ilustrador japonés famoso por sus álbumes conceptuales, en los que, sin alejarse del universo infantil, plantea cuestiones filosóficas o sobre el sentido de la vida; pero eso sí, sin perder en ningún momento la perspectiva del humor y el ingenio desbordante. A Yoshitake lo conocimos con Atascado (Barbara Fiore, 2018), donde el pequeño protagonista al prepararse para ir al baño y quitarse la camiseta esta se queda atascada y no hay manera de sacársela. La lucha es inútil y nuestro pequeño héroe empieza a agobiarse pensando que va a quedarse así para siempre. En Ser o no ser… una manzana (Libros del Zorro Rojo, 2019) el autor nos propone un ejercicio de imaginación con la excusa de otro niño, esta vez imaginando situaciones fantásticas siempre alrededor de una manzana.
En su nueva obra, La curiosa librería, que llega en castellano gracias a Pastel de Luna, Yoshitake pone su atención en el mundo del libro. Siguiendo el hilo de esa curiosa librería, el autor nipón despliega su imaginación demostrando pasión por la letra impresa. Así, da rienda a sus ideas explicándonos cómo podría ser un libro para dos o más lectores, una guía delirante sobre cómo envolver libros, o cómo sería una bibliolápida para los más librófilos.
La curiosa librería es una carta de amor al mundo de los libros, que se complementa aquí con la desbordante imaginación del autor. Yoshitake siempre ve las cosas con nuevos ojos. Su capacidad de pensamiento lateral es proverbial, de manera que una situación cotidiana siempre tiene para él varias resoluciones que nunca hubiéramos pensado, como el origen de los libros (¿los fabrica una máquina como si hiciera salchichas? ¿vienen de sembrar una página y aparece un árbol frutal de libros?). Es el puro extrañamiento de Gómez de la Serna en las greguerías, la capacidad de dejar a un lado el pensamiento adulto que fosiliza la curiosidad y el pensar sin ataduras ni filtros. Yoshitake es sin duda un autor a seguir precisamente por esa capacidad de asombro que transmite. Su estilo es sencillo y claro, no recuerda al manga más que en el uso de algunas expresiones reconocibles, pero más allá de eso su trazo es universal. Si, como nosotros, sois amantes de librerías y bibliotecas, si amontonáis libros de manera que habéis hecho del tsundoku un estilo de vida, un libro más no os estorbará: definitivamente, leed La curiosa librería.