
El escritor vasco habló de «Mirlo blanco, cisne negro»
Juan Manuel de Prada afirmó que su libro «Mirlo blanco, cisne negro» no es un novela en clave, pero que tiene mucho «de confesión personal, de sesión psicoanalítica, y la escribí con mucho dolor, con una gran intensidad, pero la escritura ha sido catártica y liberadora».
El autor habló largamente de la historia que conforma su último trabajo y de los personajes protagonistas de la misma. Para ello, contó con dos presentadores: el periodista Rodrigo Cepeda, y el escritor José Luis García Martín.
El escritor vasco, casado con un asturiana, reconoció durante la presentación que hizo de su obra en Foro Abierto, que «la novela está llena de venganzas o castigos contra mí mismo. Me burlo de mí, de mi carácter, de mis ambiciones juveniles y de mi obra».
No es, en cambio, como muchos aseguran, un libro sobre el mundo literario, sino que esto, dijo, «es sólo el telón de fondo. Es una novela de personajes que actúan como proyección desmesurada y extraviada del autor».
De Prada recordó su relación con Camilo José Cela y Francisco Umbral, dos escritores muy importantes en su trayectoria. «Con Cela tuve una relación pacífica. Me tenía cariño y yo a él. Con Umbral, la relación fue distinta, más interesante, pero hubo una ruptura entre nosotros muy fuerte y no llegó a haber reconciliación; hoy lamento no haberme reconciliado con él».
Asimismo, recordó que aunque «Umbral fue malvado y cruel conmigo, no lo fue con personas cercanas a mí, como hicieron dos personas, de las que no voy a decir sus nombres, y que aparecen como dos personajes crueles en mi novela».
A preguntas de los presentes, el escritor aseguró que «nunca he sido libertino ni libertario; soy un reaccionario católico», y afirmó que «un escritor tiene que trazar su propio camino».