¿Os suponéis que algún medio de comunicación abriera hoy con este titular una información a la vista del adelanto de los últimos datos conocidos sobre Comercio interior?
Es cierto que como señala Manolo Bragado, aún quedan por conocer muchas cifras del sector, pero aún así, podemos jugar a la provocación.
En los mismos parece que las librerías y las cadenas de librerías se mantienen como canal principal de compra y que además, en relación a los últimos años, es el canal de venta que más crece.
Bajan, los quioscos y los supermercados, probablemente más apegados a la compra ocasional y de impulso, y sube también, aunque comparativamente menos en volumen y en porcentaje, la venta.
No comparto el optimismo que a veces el sector suele mostrar sobre la posibilidad de una ‘vuelta a cifras de facturación anteriores a la crisis’. Se ha pasado ya con claridad el tiempo de la centralidad del libro tanto en lo cualtural, el pensamiento, la formación como el entretenimiento y esta no volverá.
Pero junto a esto sigue la tesonería mayoritaria por parte de los lectores, que parece molestar a algunos porque les sigue rompiendo sus esquemas, de seguir escogiendo la librería como lugar preferente de compra y de seguir prefiriendo el papel como soporte de lectura preferente sobre todo y fundamentalmente en aquellos libros que más acercan el formato a su vertiente cultural sea la literatura, el libro infantil o juvenil y el cómic.
Es por ello por lo que me atrevo a lanzarme a la piscina y decir que el futuro del sector, en la medida en que el mismo va unido a sus lectores, se juega en las librerías y, por supuesto, también en las bibliotecas y es donde, por lo menos los ‘editores con vocación y dimensión cultural’ debería seguir poniendo la mirada y las complicidades.
Sé, no soy un ingenuo, que esto a veces no es fácil, que no todo fluye con la suficiente soltura, pero creo también, y así lo escribí ayer en facebookque…
Visto lo que está apareciendo en los medios como avance de los datos de Comercio interior del libro 2016, vistos también unos recientes datos en Francia de un estudio de GFK se me ocurre lanzar una ‘pregunta veraniega’. Si las #librerías que en número absolutos facturan más que el libro electrónico, crecen también porcentualmente más que éste y se sigue manteniendo como principal canal de venta… Mirar al futuro con sentido qué será. ¿Mirar y trabajar sobre lo que ha sido referencial y lo sigue siendo habiendo superado crisis postcrisis y dando respuesta a momentos políticos y culturales de todo tipo o mirar a aquello que se adormece? Es una pregunta lógicamente referida en exclusiva a los soportes y a los canales, no a la incidencia e importancia que ‘lo digital’ tienen en otros procesos dentro del sector incluida la creación…. Vamos que quizás tendría más sentido, lo digo por volumen de negocio, hacer un córner librero en Liber | Feria Internacional del Libro que un córner digital que tiende, además, por lo visto en el programa a responder y dar servicio intereses muy pero que muy particulares…
Dicho queda. Y bien por las librerías, con su larga historia como Espolón en Burgos que este año cumple 110, Babel en Castelló que anda en sus 25 y que ya desde sus orígenes reflexionó y se esforzó en crear discurso y práctica sobre la Librería cultural, cuyo premio se acaba de convocar de nuevo, y Odiel que acaba de nacer en Huelva.
Tres ejemplos en el tiempo al que se pueden unir otros muchos que seguro que como buenos lectores y lectoras tenemos todas en la cabeza.
No nos despistemos pues, EL FUTURO CULTURAL DEL SECTOR ESTÁ EN LAS LIBRERÍAS.