Esteban Beltrán acudió a nuestro Foro Abierto para hablarnos de su último libro «La jodida intensidad de vivir».

Poemario, diario y novela, la obra nace tras treinta años de silencio literario, «no sólo como desahogo sino como una táctica para hacer visible el caos dentro de mí y hacerme la ilusión de que lo manejaba».

La muerte inesperada de un amigo de la infancia, V, y los seis meses de agonía junto a la mujer de su vida, M, son dos ejes esenciales de este libro que se mueve en la lucha entre la esperanza y la desesperanza, y la poesía no fue suficiente para transmitir todo lo deseado. «Necesité prosa. Salió un libro que nunca esperé que fuera tal».

Un silencio roto tras tres décadas. «No necesité escribir en treinta años, por eso no lo hice, pero ahora me doy cuenta de que sí lo necesito».

Intenso, intimista, Beltrán insiste en que no es un libro escrito para la reflexión, aunque, la verdad, es que nos lleva a ella, irremediablemente.

«Yo intenté no dejar pasar ni una parte de mí. Entonces uno descubre que hay aspectos de uno mismo que no nos gustan, y eso es duro».

Para él, «el poeta intenta definir el instante, lo cual le hace ser mentiroso», y reconoce que cuando comenzó la tarea de las correcciones del libro, se preguntó: «¿siento igual que sentía cuando lo escribí?»

La muerte está muy presente en «La jodida intensidad de vivir». Para Esteban Beltrán, «la muerte es lo más ordinario y burocrático que hay».

Pero reflexiona acerca de la sorpresa de la muerte, la muerte anunciada, el suicidio, el asesinato de uno mismo,…. «Hay un momento en la vida en que los muertos empiezan a ser tus muertos».

El acto fue presentado por el escritor Xaime Martínez que destacó que Beltrán «nos cuenta una historia con diferentes etapas, una historia de amor y de muerte. Bellos poemas en versículo y textos en prosa declaradamente autobiográficos».