«El aforismo es una lectura a la inversa que escriben los autores que han adquirido cierta madurez». Ésta fue una de las afirmaciones que hizo Javier Sánchez Menéndez durante la presentación en Foro Abierto de su libro «La alegría de lo imperfecto».

Sánchez, que además es el editor de La Isla de Siltolá, confesó que siempre busca «unos cierres aforísticos en la poesía o en la novela porque el aforismo debe de ser una iluminación, una luz que al lector le entre».

A su juicio, «el aforismo, generalmente, es bastante engañoso; a mí me gusta masticarlo y digerirlo; y a menudo se confunde con la ocurrencia». Ésta fue, precisamente, una de las cuestiones que despertaron más el interés del público, que participó activamente en un interesante coloquio.

El escritor dijo que siempre le han interesado, de forma especial, los de Juan Ramón Jiménez y los de Nietzsche, y también los de la literatura rusa, sobre todo, los de Dostoievski.

De Javier Sánchez, César Iglesias, que actuó como presentador, dijo que «sus aforismos integran un manual de supervivencia; su escritura es un alegato poético, da mucho que pensar y hace pensar».

«La alegría de lo imperfecto» se estructura en tres parte y aborda temas muy variados como la verdad y la mentira, la ética y la estética, el saber y la ignorancia, la política y la crítica literaria, la teología y las religiones, la poesía y las costumbres sociales, entre otros.